miércoles, mayo 26, 2010

La décima víctima en la radio # 10: Dino Buzzati




AQUÍ (pulsar botón derecho y guardar como) Duración: 15' 25''


podéis haceros con la décima entrega, emitida el 25 de mayo de 2010, de la sección dedicada a la literatura fantástica La décima víctima en el programa de Canal Extremadura Radio Los dos de la tarde, dirigido y presentado por ese par de tártaros invisibles que son Carlos Macías y Kanuto. En el tramo final del programa tendréis la oportunidad de convertiros en los inaprensibles jinetes del desierto más espectral jamás concebido gracias al inigualable Dino Buzzati.

El desierto de los tártaros (1940) es para este alucinado espectro una de las novelas que más ha marcado su fantasmal existencia. Una espera imposible que es el reflejo de lo que esperamos de la vida, el vacío como espejo y realidad de nuestro paso por el mundo y, también, el terror como sensación que por tan repetida acaba siendo acogedora. El ahogo existencial de la costumbre, de nuestros actos repetidos una y otra vez hasta provocar el hastío, pero al tiempo cómo una vida presidida por ellos acaba siendo acogedora, la forma más fácil, y única al final, de pasar de un día a otro, serían algunos de los temas que presiden esta fascinante novela. Pero no los únicos.

Inabarcable, desoladora, de una tristeza profunda e intensa, de una belleza que aturde hasta las lágrimas, Buzzati alcanzó con ella una de las cumbres literarias más impresionantes jamás logradas.

También hablamos un poquito de Franz Kafka, del director de cine Valerio Zurlini (que se atrevió a realizar una adaptación de El desierto de los tártaros) y apuntamos la lectura de otra novela magistral, Crónica familiar, de Vasco Pratolini.

miércoles, mayo 19, 2010

La décima víctima en la radio # 09: M. R. James


AQUÍ (pulsar botón derecho y guardar como) Duración: 21' 31''


podéis haceros con la novena entrega, emitida el 18 de mayo de 2010, de la sección dedicada a la literatura fantasmal La décima víctima en el programa de Canal Extremadura Radio Los dos de la tarde, dirigido y presentado por ese par de espectros vengativos que tiene por presentadores. Tendréis la oportunidad de convertiros en auténticos eruditos en vitrales de iglesias, ser perseguidos por criaturas infernales gracias a runas malditas y observar panoramas asombrosos por mor de unos curiosos prismáticos sin moveros de vuestro sillón frente a la chimenea: el gran M. R. James (Montague Rhodes James) será nuestro mentor.

domingo, mayo 16, 2010

Retorno de las estrellas (1961), de Stanislaw Lem



Puedes leer el comentario a este libro en la página web El antepenúltimo mohicano, bajo el título La Tierra es un mundo hostil, AQUÍ.


LEM, Stanislaw. Retorno de las estrellas. Traducción de Pilar Giralt y Jadwiga Maurizio. Madrid: Alianza Editorial, 1993. 273 p. El libro de bolsillo; 1647. ISBN 84-206-0647-2.

miércoles, mayo 12, 2010

La décima víctima en la radio # 08: Thomas Ligotti





AQUÍ (pulsar botón derecho y guardar como) Duración: 11' 47''



os podéis hacer con la octava entrega, emitida el 11 de mayo de 2010, de la sección dedicada a la literatura espectral La décima víctima en el programa de Canal Extremadura Radio Los dos de la tarde. Tendréis la oportunidad de caminar entre las sombras con el extraño escritor THOMAS LIGOTTI.


Por si mostráis interés, aquí os dejo un enlace a la página oficial de Current 93, en concreto a la ficha de uno de los discos en los que colaboró Thomas Ligotti. Los otros grupos a los que hago referencia son Coil y Nurse With Wound. Tres grupos excelentes, si bien este espectro confiesa tener una predilección mayor por los dos últimos.



domingo, mayo 09, 2010

Yo encontré a Frankenstein, de Curtis Garland (1978)


A mi modesto entender, hay una gran distancia entre Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz) y otros compañeros escritores que navegaron esas ya preteridas aguas del bolsilibro español. Literatura barata para lectores sin exigencia alguna, pero que sabían distinguir cuándo el producto daba lo que prometía. De ahí su éxito. No lo reivindicaremos tampoco como un genio olvidado, un gran escritor oculto y presto a ser rescatado, pero desde luego sí que merece ser tenido en cuenta en un panorama patrio con pocos autores de valor dentro del género terrorífico. Es una lástima que la tímida reivindicación actual de escritores de novelas y relatos pulp de origen norteamericano no alcance a autores europeos, y españoles en concreto, que poco tienen que envidiar de ellos. Porque el nombre de Curtis Garland no sería el único que merecería una modesta atención. Otros hay que bien se la ganaron: Clark Carrados, Silver Kane, Lou Carrigan o Ralph Barby serían algunos de los que no debería avergonzarse en exceso el crítico de pro si no resultara más cool (o más guay, para ser más exactos) limitarse a los que proceden del corazón del imperio. Tampoco es grave, no se trata de rasgarse las vestiduras ni nada parecido. Es tan sólo que da un poquillo de risa ver la cara de suficiencia en aquellos que van de sesudos, pero que no dudan en cantar maravillas cuando la misma calidad se ofrece en cine, en la tan mentada serie b, pero que cuando se trata de literatura tratan de marcar distancias. Ya se les pasará.

Porque si Yo encontré a Frankenstein se tratara de una de estas películas realizadas en los primeros años cuarenta, dirigida por ejemplo por un Erle C. Kenton, dentro del ciclo de aquellas tan deficientes como simpáticas peliculillas que ofrecían esos cócteles de monstruos con los que la Universal trató de reverdecer viejos laureles terroríficos, sería reivindicada sin pudor alguno. Desquiciada y delirante como ellas, al menos, lo es un rato.

Garland entra rápido en materia: tiempo y espacio obligaban a ello. Así, sus primeras páginas muestran, en rápida sucesión, un accidente de avión, un rescate desesperado entre una frenética tormenta en medio del mar de un par de supervivientes gracias a un barco danés, la subsiguiente deriva y hundimiento de éste debido al tremebundo temporal y el arribo a una isla perdida en las costas de Escocia. El tono lúgubre del mar embravecido, las olas y el viento con su fuerza incontrolable y la furia y soledad de la tempestad se hacen sentir de manera intensa, con una fuerza que es de agradecer. Como es habitual en Garland, todo comienza con garra y con una atmósfera conseguida. Otra cosa es que después la trama se desarrolle con más o menos acierto.

Y aquí, la historia narrada es delirante de por sí: nada más y nada menos que se nos cuenta el encuentro del protagonista con Viktor Frankenstein VI, descendiente del famoso doctor que hiciera mítico Mary W. Shelley en su imperecedera Frankenstein o el moderno Prometeo, y su no menos mítica criatura. Como no es extraño en Garland, éste comienza el relato con una cita de este magistral libro, y lo hará más veces a lo largo del relato. Sabe y conoce bien su fuente, al menos. Lo mismo sucede con la criatura, que aquí toma los rasgos bien conocidos desde las maravillosas películas de James Whale de Boris Karloff. Chistopher Lee y la Hammer son obviados. Y no sólo el aspecto: el sentir de la criatura, el de un alma torturada que llega al mal empujado por la crueldad de los hombres, es heredero directo tanto de la novela de la Shelley como de estas películas.

Pero bueno, seamos sensatos: el trabajo de Garland queda a años luz de sus referentes pese a su sugestivo y conseguido inicio. Era de prever. Al final todo deviene un relato demasiado convencional y tópico, con unos malvados de cartón piedra queriéndose aprovechar del monstruo para dominar el mundo, nada más y nada menos, como si a estas alturas el pobre fuera de temer. La criatura aquí también es una víctima, y si hace el mal, como he comentado, es por accidente o porque es impelido a ello.

En cualquier caso, el autor es consciente de las aguas que navega y ofrece con un mínimo de respeto al lector lo que promete: acción macabra, gotas de erotismo, atmósferas lúgubres bien conseguidas en algunos momentos y palos para los malos y boda y felicidad para la pareja protagonista como está mandado. Es la ventaja de prometer poco: es fácil cumplir. Y Garland lo hace con probado oficio. Otros con más prestigio no llegan ni a esto.

GARLAND, Curtis. Yo encontré a Frankenstein. Ilustración de portada, con una criatura que parece levitar en el éter: Desilo. Barcelona: Bruguera, 1978. 95 p. Selección Terror; 277. ISBN 84-02-02506-4.

miércoles, mayo 05, 2010

La décima víctima en la radio # 07: Stanislaw Lem



AQUÍ (pulsar botón derecho del ratón y guardar como) Duración: 18' 39''


podéis escuchar la séptima entrega, emitida el 4 de mayo de 2010, de la sección dedicada al estudio de la solarística La décima víctima en el programa de Canal Extremadura Radio Los dos de la tarde, dirigido y presentado por los aún por betrizar Carlos Macías y Kanuto. En el tramo final del programa tendréis la oportunidad de surcar las galaxias siempre ajenas e incomprensibles para el hombre descritas por el fascinante STANISLAW LEM.

Volviendo a los tiempos de las cien palabras por segundo, convirtiendo el hablar de la novela del maestro polaco Fiasco en un fiasco en sí mismo, aclarando que Tolstoy no es lo mismo que Tarkovski y afirmando que amamos a Philip K. Dick pese a la que le montó al bueno de Lem.

Y pido perdón porque se me fue un pelín (¡un pelín!) la cabeza y creo que destripé en exceso alguna de sus novelas. ¡Sed, como siempre, indulgentes!